Mi mirada perdida te hace preguntar que
me pasa. Esas palabras salen de tu boca continuadas de un gesto al
que le asusta escuchar lo que tenga que decir, así que simplemente
respondo: “Nada”, y una pequeña sonrisa basta para que al menos
en los próximos 10 minutos olvides que sí hay algo en mi mente que
te quiero decir.
Estamos acelerando el tiempo al espacio
entre nosotros a un ritmo tan vertiginoso que incluso al final de mi
mirada perdida puedo observar como todo pronto va a estallar.
Días como si fuesen meses, para
saber que, aunque presuma de conocerte solo eres un extraño en mi
vida que acabará como todo el resto de los extraños que han pasado
por ella. ¿Como no voy a tener miedo de ti, y como no voy a tener
miedo de mi, contigo?
Podria decir que la atmosfera que se ha
creado entre nosotros es irrepetible, pero el aire es tan limitado
que los momentos en los que lo pienso me hacen agonizar